jueves, 6 de noviembre de 2014

Relato de una "Don nadie"

¿Por qué vas al gimnasio, te arreglas, vas a la moda, quieres estar delgado/a, quieres todo lo nuevo que sale, maquillajes, ropas, zapatos...? ¿Por qué te gusta todo esto?
Mientras las respuestas a todo esto sean fruto de algo social no vamos por buen camino, firmado : Una don nadie. Firmo al principio, para empezar rompiendo normas.

Estamos obsesionados con los cánones de belleza, lo que marca la moda y una sociedad que ha perdido el norte por completo, que cuida un exterior; imagen ilusoria para todos los materialistas, que hoy día albergan un mundo donde es muy complicado apartar esa idea preconcebida, para dejar ver el verdadero ser que se esconde tras la apariencia ficticia de un cuerpo.
Somos seres sociales, pero eso no implica hacer siempre lo que la sociedad espera de mí, a veces, basta detenerse y mirar dentro, para ver que esperamos de nosotros mismos y guiarnos en consecuencia. Creerme capaz de guiar mis propios pasos, sin necesidad de mirar los moldes cada vez más repetidos, en un mundo diseñado para prototipos completamente diferenciados entre sí. Tomar mis decisiones, sin mirar al de al lado y que éstas, me hagan sentir bien conmigo mismo. Estar sano, para sentirme bien físicamente. Razonar, decidir, actuar y afrontar, con la certeza de la capacidad de que disponemos, esto nos hará fuertes mentalmente y ayudará a gestionar las frustraciones y los sentimientos de la mejor manera, haciendo de nosotros seres saludables psiquicamente.
Los cuerpos se marchitan; todo lo que un día te afanaste por mantener en el tono adecuado, hoy los años le arrebatan su tonicidad; entonces comprendes que olvidaste trabajar lo importante, aquello que permanece e incluso mejora con los años, la esencia que siempre te definió y nunca alcanzaste a valorar hace acto de presencia y te muestra tu desdicha al no entrenarla.

Hoy siento tristeza de este mundo creado a imagen y semejanza de los modelos televisivos, los famosos o las nuevas tendencias que marcan las grandes multinacionales. Estamos perdiendo la patria potestad de nuestra vida para darle los derechos de decisión a otros, para que decidan lo que se lleva y lo que prima. Cualquier elección deja de ser propia, para estar cuanto menos influenciada por el exterior. Si nos alejamos de la norma, tenemos capacidad para buscarnos a nosotros mismos, desarrollar nuestro verdadero "yo" y actuar en consonancia, nos mandan al psicólogo.

Tener inquietudes no está de moda, pero deberíamos proponerlo...