lunes, 26 de mayo de 2014

Espejismos



En mis noches de insomnio donde la oscuridad se hace luz para los confusos y la imaginación impulso para los débiles. En las noches de flexos y reflexiones, me miro al espejo de la incertidumbre, con miedo hacia la imagen que puedo percibir de mí misma, en un futuro no muy lejano, pero sí muy incierto, me veo caer, llorar, gritar, abrazar, besar, amar, pero detrás de tanto verbo, observo la taciturna aparición de un adjetivo;  ese que siempre se ilumina entre tinieblas y penumbras, ese que se conoce a sí mismo como “feliz” y que hace acto de presencia en mí, cuando los fuegos de la dificultad asoman su primeras llamas y todo se vuelve demasiado negro; entonces aparecen los resquicios de claridad..

Espejismos de alhajas y ostentaciones, de avaros  que se preocupan por tener y no por ser, los más ricos en el cementerio y los más pobre en vida, los que dejaron de soñar bonito para jugar feo, los que ven pasar la vida en el devenir del destino, caprichoso, que maneja sus pertenencias y con ello el resto de una vida que deja de apreciar las pequeñas alegrías, mientras busca esa gran felicidad oculta tras la máscara del llegará… Cuando la máscara cae y deja al descubierto todo lo que pudo ser y no fue; son las arrugas las que hacen acto de presencia, y es demasiado tarde, para volver a ser, para volver a creer…                                  
No te puedes bañar dos veces en el mismo río, ni recoger los frutos de lo que no coseches. Tú labras y recoges los frutos de lo trabajado, ni más ni menos, unas veces antes y otras después, pero lo coges al final; si no te da tiempo a recogerlo, es porque no sembraste. El tiempo que emplees en cosecharla, será la equivalencia de la cantidad que recojas y  los cuidados serán directamente proporcionales a la calidad de la cosecha. Aunque lleguen temporales, vientos o sequías, con la constancia suficiente saldrán adelante. No esperes que sea demasiado tarde para darle los cuidados adecuados a esa cosecha, ni para intentar bañarte de nuevo en esas aguas  del río que una vez te gustó, porque puede que el reloj de arena haya vaciado sus últimos granos.      

Después de éstos están las cristaleras transparentes que dejan pasar cada halo de luz, porque nada detiene su reflejo, esto son pequeños diamantes en bruto, que viven aceptando lo que tienen, sin ostentar ideales ficticios o que te conducen por caminos angostos para adquirirlos. Lo mejor de estas perlas, es que son capaces de dar luz a esos cristales cada vez más opacos, que se dejan apagar y sentir cómo auténticos témpanos de hielo. 
Cada persona en su vida debería tener muchos a su alrededor, y procurarse en conseguir de este estilo, dedicándole el tiempo necesario para obsequiarse con lo mejor, una vez conseguido, hay que preocuparse en mantenerlo reluciente, mimarlo cada día y no dejar que el capricho de los años y avatar del destino levanten las virutas y resquebrajen la solidez de tu cristal. 
Ponle protección para que nadie lo destruya, pero no le construyas muros, porque además de alejar a los malos también terminarás por alejarte a ti.       

Ahora termino como empecé, en una noche de estrellas, guiándome por ellas, hacía los espejos que me esperan, hacia los insólitos e inhóspitos caminos de un mundo que ansío descubrir, buscando mi porvenir.

sábado, 3 de mayo de 2014

Susurro

Como el que escribe un libro de anécdotas y controversias, donde el corazón es la clave. Como el que habla de sus sueños y anhelos, donde la ilusión y desilusión es la antesala de cualquier decisión y camino. ¿Lo intento una vez más o me rindo?, si pensara mi corazón, diría: arriésgate, perdido esta todo lo que algún día puedes ganar, si fuese mi cabeza, diría: ni lo intentes, si no ocurrió es porque no estaba predestinado. La eterna ambivalencia de dos opciones que afloran con la incertidumbre de lo que puede suceder. Bien es cierto que los sueños nos mantienen vivos pero también lo es, que son la base de nuestra frustracion, de no alcanzar la meta propuesta ni aquello que anhelas. Todo sueño tiene una responsabilidad, la de arriesgarte a dar los pasos que te conducen a él, la de dejar cosas igual de placenteras en el camino y tener que elegir cauces sinuosos y para nada rectos, pero también, tiene la satisfacción de caminar hacía la cima, derrotar miedos, inseguridades y aquello que siempre viste como imposible, tiene la satisfacción de llegar a la meta y decir con orgullo que lo has conseguido.
Nadie dijo que la vida sería fácil, pero sí, que valdría la pena vivirla, por lo tanto, cuando sea tu cabeza la que hable, escucha a tientas el susurro de tu corazón que te guía...

A un padre

El hombre de mi vida no es otro que aquel que me dió la vida y que estaría dispuesto a sacrificarla por mí sin dudarlo, es aquel que me ponías los pañales del revés y siempre le dio miedo cogerme en brazos por si me rompía, aquel que me enseñó a dar mis primeros pasos y me besó en las heridas de mis rodillas raspadas por las caídas, es aquel que no me daba besos de pequeña, pero me decía lo feaque era y con eso era suficiente para adivinar entre dientes que me quería más que a nada en el mundo. Desde que amanecía hasta que anochecía me la pasaba con él, bien en el campo o en la casa, pero siempre aprendiendo de la sabiduría de lo acaecido en el día a día. Su escuela fue la calle, el trabajo y la vida pero a mí nunca me faltó de nada, nunca me faltó una educación ni un detalle, me dió lo mejor que tenía, me dió su tiempo, algo que nunca recuperará. El hombre de mi vida no es aquel que tiene mucho dinero o me dice te quiero, el hombre de mi vida es mi padre,el que me lo demuestra en las duras y las maduras, el que siempre está sin llamarlo, el que se ha levantado cuando ni el sol estaba presente para llevarme a jugar a los lugares más recónditos del país, el que se enfada conmigo cuando me equivoco y me dice lo que no me gusta oír cuando lo requiero, aquel que aparece cuando el resto se va, para sacarme de los fangos más escabrosos, es aquel al que admiro y estimo, es un hombre muy normal, muy humilde, es el molde perfecto para el barro que se está modelando. 
Nuestra historia puede ser tan larga y con tantas anécdotas como años tengo, pero lo que más me gusta: es tener días de mi vida para gastarlos con él, no creo que haya día más aprovechado... Hoy no es su día, ni su cumpleaños; es un día más que hemos pasado juntos en el resto de nuestra vida.Te quiero papá.