martes, 17 de diciembre de 2013

Mi jardín


Intento cultivar un jardín de muchas rosas, matorrales y plantas, todas diferentes pero igual de enriquecedoras, en un lugar dónde la relación entre plantas tan diferentes hace que todas florezcan y crezcan día a día. Para permitir que éstas crezcan, debo quitarles las malas hierbas que crecen cerca e intentan impedir al resto realzarse entre la multitud, algunas se adhieren fuertemente, otras simplemente se caen solas y otras tengo que tener la capacidad de arrancarlas de cuajo. Puede que pinchen cuando estoy sacándolas, pero una vez conseguido, no estorbarán más y ayudaré a mi jardín a florecer claro y puro.
No puedo ni quiero hacer de las malas hierbas, rosas espléndidas. No quiero cambiar la condición de cada planta, pero quiero tener cerca las que huelan bien y saquen lo mejor de mí. Para eso, la opción es cultivar lo que me gratifica y lo que me frena, arrancarlo. Debo ser constante y firme en mi trabajo con el jardín, para el día de mañana recoger los frutos que éste me brinde.

Amar mi día a día

Es muy gratificante levantarte cada día amando lo que haces, disfrutando de tu vida y cada segundo de ella, queriendo detener el tiempo porque simplemente eres lo que un día decidiste ser, aceptando que vendrán momentos duros y que habrá que ser fuerte, pero siendo consciente de que igual que vienen también se van, sabiendo que los caminos no son rectos ni tampoco llanos, asimilando que tenemos las herramientas para la vida, pero debemos aprender a usarlas, eso lo dan los años, pero sobre todo los desengaños.
La vida no trae manual de instrucciones ni tampoco borrador, pero tiene una cosa que no viene en ningún libro y es la posibilidad de ser vivida de mil formas distintas y rectificar en cada una de ellas hasta alcanzar el estándar que buscamos. Y ahora viene la pregunta del millón ¿Qué buscamos? Pues muy simple, ser felices... Pero eso, no es una búsqueda, es un goce diario. En la esencia de buscar diariamente, reside la verdadera felicidad, no hay una meta, sino un camino.

Yo un día, no hace mucho, decidí ser feliz y que ningún estado de preocupación me alejaría de ello. Los acepto, como parte del proceso de instrucción para aprender a usar las herramientas, como aprendizaje para situaciones futuras, como algo que esta en mi vida, porque tiene que dejar una enseñanza en ella y cuando lo haga se marchará, para hacerme crecer cada día y madurar con cada paso.
Cuanto antes nos demos cuenta que tenemos los ingredientes y que en nosotros radica la decisión de vivir y cómo, antes apreciaremos los pequeños detalles, que son los que componen las grandes historias