miércoles, 5 de febrero de 2014

Mi cumpleaños

No se ni como empezar a describir las emociones que he sentido hoy, me desbordan, me sobrepasan; la verdad sea dicha, no me ha emocionado los regalos o decir es mi cumpleaños, me ha emocionado ver la cantidad de personas que tengo cerca, nunca jamás creí ,que yo, una persona como cualquier otra, pueda despertar esas palabras y sentimientos tan especiales en gente tan increíble. Lo mejor es saber que hay gente que considera que le aportas algo bueno y eso para mí no tiene precio.
Se puede llorar de tristeza, de dolor, de muchas cosas, pero las lágrimas mejor derramadas, son aquellas que brotan de la emoción del corazón, de la alegría de darte cuenta que sabías lo afortunada que eras pero compruebas en un solo día que eres la persona más rica que hay en el mundo, sin tener un puñetero duro.
Reconozco que soy una persona que va por el mundo sin meterse mucho en la vida de nadie, que a veces soy "pasota" , aunque al mismo tiempo me guste entregarme, y lo haga cuando me apetezca, a pesar de eso, pensaba que pasaba desapercibida y era una de esas muchas personas que pasan por el mundo creando pequeños vínculos, que aunque considero importantes para mí, nunca he sabido de la importancia de éstos para otras personas, solo intentaba sentirme bien con lo que hacía, sin dañar a nadie, intentando ser yo misma, fiel a unos ideales, sin pensar en agradar o hacer cosas extraordinarias, desde el simple hecho de vivir mi vida a mi manera.
Es un día como cualquier otro, siempre lo he dicho, y como tal lo he vivido, pero hoy, al contrario que el resto de mis cumpleaños anteriores, he dado un pasito más, hoy no he esperado nada, no tenía nada planeado, no tenía regalos en mente, ni fiestas sorpresa ni felicitaciones especiales, hoy me he dedicado a dejar fluir, a esperar sin esperar y creo que por eso, lo más insignificante a sido grande, porque lo he disfrutado. Hoy no he pedido que sea distinto, solo quería que fuera una jornada más, porque siendo otro día en el resto de mi vida, para mí ha sido mi día...
Hoy he descubierto, que aunque somos nosotros en los momentos importantes, muchas personas están dispuestas a acompañarnos. Yo desde lo más profundo de mí, hoy quiero agradecer a esas personas que forman parte de mi vida y que me hayan felicitado o no, me enriquecen y me permiten enriquecerlas.

domingo, 2 de febrero de 2014

Vivir

Vivir es lo que hacemos en el transcurso de nuestra vida, recorremos caminos inhóspitos y oscuros, bellos y cálidos, todo en un curso que no se detiene, en un curso que sigue cada día y que no espera por nadie, los retos son un ir y venir y las dificultades vienen solas, los malos momentos y los sueños rotos se presentan con frecuencia, tantas cosas... que en algún momento a todos nos han hecho dudar de nuestra capacidad y nuestras ganas de seguir, pero cuando te detienes y aprecias la otra parte, las cosas buenas que te ofrecen en bandeja de plata y otras que vas descubriendo, cuando te detienes un segundo y miras este lado del mundo y el otro de más allá, comprendes que todo tiene sentido, que somos unos afortunados y que nos debemos a nosotros mismos ser felices o al menos luchar por serlo.
Esas personas que han sufrido tanto, que tantas lágrimas han derramado, esas personas que no encuentran la salida y todo lo ven negro, que no se hundan, que miren a su alrededor y que den gracias por al menos estar respirando, que ese simple hecho, ya es un regalo.

Caminos

Siempre me consideré una persona excesivamente complicada, demasiado sensible y sentimental, demasiado tonta y sin maldad, dificil de entender y sobre todo dificil de aceptar. Con el paso del tiempo, he comprendido que todo tiene sentido, que cada cual tiene sus defectos y virtudes, que somos de nuestro padre y nuestra madre y como tales tenemos nuestras manías, manías que nos hacen diversos, pero sobre todo diferentes, como se suele decir: todos estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo molde...
Desde pequeñitos, nos planteamos que queremos ser de mayores, cuando vamos creciendo, las metas cambian y los objetivos también, todo eso define el camino que escogemos, un camino que debemos meditar con calma y plantearnos concienzudamente hasta tenerlo claro.

 Hay personas que no llegan a definir nunca su vereda, siempre van dando tumbos, perdidos, sin saber donde ir, otros por el contrario, comienzan a andar y se alejan del sendero, necesitan que alguien los reconduzca, los hay que se paran a descansar, otros que empezaron en un tramo y se cambiaron a otro, los hay que van con prisas y otros con más calma... La variedad es asombrosa, pero todos buscan llegar a una meta que no sabemos a ciencia cierta cual es, pero lo que si sabemos es que en el transcurso, encontraremos caminos que no podremos evitar, unos que nos harán reír y otros llorar, unos en los que entrará gente nueva, que nos acompañará durante todo el viaje y otros en los que iremos perdiendo cosas y dejando atrás a aquellos que no tengan el mismo rumbo que nosotros, descubriremos atajos, personas que comparten experiencias y otros que serán más reservadas...
 Solo espero que al final de mi camino, estén las personas que hayan sabido superar las curvas a mi lado...

Inocencia

Desde que era pequeña me ha gustado imaginar desde la cama, antes de dormir, aquellas cosas que quería que sucedieran en el futuro, aquellas que quería hacer y también aquellas que me gustaría corregir, porque sabía que no las había hecho bien. He llegado a tener malos días, en los que llegaba la noche y ese pequeño ratito, que era mío y de nadie más, me sacaba una sonrisa tonta, he planificado mi vida a corto y largo plazo, he cuestionado mis errores y  alabado mis virtudes, me he desnudado conmigo misma, sin tapujos, sin miedos, sin nadie más que yo misma que cuestionase mis errores, sintiéndome protagonista de mi vida y jueza de mis actos.
Desde que recuerdo, en mi infancia he tenido sueños y metas, aquellas que hoy me mantienen donde estoy y las que con cambios me llevarán al futuro, metas que me hacen crecer y madurar, pero sin olvidar esos sueños de cada noche que mantienen esa niña que siempre fuí y que aún considero que soy.

Breve reseña al duelo

Todos tenemos que pasar momentos de duelo en esta vida, duelo por muerte de algún ser querido, por cambios de vida o simplemente dejar atrás aquellas personas que no van por tu camino. Todo esto lleva un momento de duelo, que dependiendo de la situación y la importancia que le demos, su transición será más o menos rápida.
Los primeros días piensas que no lo vas a poder soportar, no aceptas que algo así haya pasado, te preguntas una y mil veces: por qué yo, buscas justificaciones y escapadas para huir del dolor que sabes que te producirá aceptar lo que ya es un hecho, a medida que pasan los días, esa negación y ese rehuir de la realidad se convierte en llantos y lágrimas al comenzar a ser conscientes, que eso que tanto queríamos, ya no volverá, y finalmente, llega el periodo de aceptación y aprender a vivir sin lo que creías que necesitabas tanto.
Son etapas que tienen que transcurrir, a su debido tiempo, cada persona necesita su espacio y la libertad de ir con más calma o prisa, pero ir al fin y al cabo.
 La actitud positiva facilitará llegar a normalizar la situación con el menor dolor posible y la mayor brevedad, el pensar que todo pasa por algo y valga la redundancia, todo pasa, puede acortar esos periodos y hacerlos más llevaderos y transitables. Algunos llegamos a pensar que no podemos, que no somos capaces, que no lo superaremos... pero todos somos más fuertes de lo que pensamos. Tenemos las herramientas para hacer frente a todas las situación, tenemos las herramientas pero a veces tenemos que aprender a usarlas, por nosotros mismos o con ayuda, pero instruirnos al fin y al cabo.
Cuando pasa el tiempo y miras atrás, sonríes, de ver cuán mal estabas y lo que llegan a cambiar las cosas, nos sorprendemos a nosotros mismos, de donde estábamos al principio del suceso y donde estamos ahora, pero sobre todo, nos llevamos una experiencia más y una lección aprendida, que en definitiva es la vida.

¿Deseos o necesidades?

Muchas veces, escribo con premeditación de algo que me ha sucedido durante el día, otras muchas, como ahora mismo, escribo simplemente porque me apetece, sin buscar un tema concreto o sin tener una idea prefijada, simplemente por el hecho de dejar unas líneas de simples palabras que quieran aflorar de mí, sin un porqué. 
Muchas veces, confundimos el desear o querer con el necesitar, cuantas veces decimos: necesito un jersey o un pantalón, realmente ¿lo quieres o lo necesitas?, cuando hablamos de necesidad quizás debemos compararlo con el aire para respirar, con lo que nos mantiene vivos y no con necesidades efímeras que mañana cambiaremos por otro capricho que nos entre por los ojos. Realmente, eso que tanto decimos querer o apreciar, al fin y al cabo son cosas, que pasan, que se rompen, que el día de mañana sustituiremos o simplemente dejaremos en el olvido, pues así, como hacemos con esas pequeñas cosas, hacemos con todo. Tenemos la mente acostumbrada a hacer mundos de nimiedades, de acrecentar lo insignificante, hasta el punto de crearnos conflictos internos innecesarios, sin pensar por un segundo, que en un futuro no muy lejano, ese problema tan grande o esa preocupación acabará transformándose, acabará desapareciendo y dando lugar a otra distinta que nos mantenga la cabeza ocupada en pensar la dificultad de la vida y no en disfrutar de lo bonito de ella. 
Hay cosas que no dependen de nosotros, simplemente aparecen porque tienen que aparecer,  llegan, están el tiempo necesario para enseñar o suplir unas carencias que tenemos en ese momento y se van, luego todo sigue, la vida continua, y con ella las personas que se incorporan y las que persisten, dejando atrás aquellas que han terminado su labor aquí; por eso, que no depende de nosotros y que a menudo nos obstina,, es por lo que menos deberíamos preocuparnos o más ocuparnos en impedir que nos afecte.
También hay un mundo que conspira y lo hará siempre, hagas lo que hagas y pienses lo que pienses, para ese mundo, demuestra de que pasta estas hecho, confía y cree en ti más que nunca, no tengas miedo a ser juzgado por ser diferente o hacer algo que no siga las reglas, porque al final, serás juzgado igualmente, y terminarás frustrado e infeliz por no pensar en ti. Piensa que no puedes hacerlo bien con todos, pero si puedes hacerlo bien contigo mismo.
Piensa que solo se vive una vez, así que aprovecha cada etapa, cada día,cada segundo, porque cada día el sol sale y brilla nuevamente con fuerza. Aprende normas, pero no tengas miedo de romper algunas, aspira a ser algo mejor, por los que quieres pero sobre todo por ti mismo, porque al fin y al cabo vivimos en un mundo que llaman egoísta, pero que yo prefiero llamar humano.