domingo, 27 de octubre de 2013

Creencias

Se dejan ver en el horizonte del cálido verano, esos días lluviosos de invierno, esas tardes de chimenea en las casas antiguas de los pueblos del mundo y esas tardes de mantas, brasero y televisión en las grandes ciudades, se dejan ver los días nostálgicos y lluviosos a través de un cristal que parece separar dos mundos muy alejados entre sí ,cuando en realidad la separación es un minúsculo obstáculo que no nos atrevemos a cruzar por miedo a las consecuencias, por miedo a esa lluvia, a esos resfriados o a esos que siempre nos han dicho que hay que huir de la lluvia para no mojarnos. ¿Y si rompiésemos las grandes teorías para establecer las nuestras propias? ¿ Y si saliésemos a la calle a saltar sobre los charcos y cantar bajo la lluvia? ¿Qué nos lo impide realmente? Siempre pensé que los grandes impedimentos que tenemos para hacer lo que queremos somos nosotros mismos. Cada día perdemos o dejamos escapar muchas oportunidades, por ponernos límites en los que ni siquiera creemos, por ponernos trabas que no van con nosotros pero como estaban preestablecidos los aceptamos sin más, excusas y pretextos infundados por el miedo a no arriesgarnos a luchar por lo que soñamos, por vivir en una supuesta normalidad que ni siquiera sabemos a qué se refiere, por no ser señalados con el dedo como "bichos raros", en definitiva por encasillarnos en la sociedad que nos frena y coarta, avalada por argumentos sin sentido.Muchas veces ese cristal está presente pero muchas otras nosotros mismos lo ponemos para vivir en la tranquilidad en la que estamos inmersos, sin plantearnos que el cruzarlo puede deparar cosas nunca vistas, estancarnos no nos beneficia, pensar que estoy muy bien no es suficiente, porque si puedes estar mejor, ya has avanzado, ya has crecido, ya has madurado…
Refugiarse en el victimismo está muy de moda, hasta el punto de huir de los problemas, achacándolos a otras personas, cada día la educación que recibimos ya sea directa o indirectamente nos hace personas más pasivas, incapaces de tomar nuestras propias decisiones y afrontar las consecuencias de las mismas, buscando problemas a todo y no soluciones, pensando cómo piensa el de al lado en lugar de hacerlo por mí mismo, porque si lo hago, se aleja de lo cotidiano. Somos ovejas en rebaño, guiadas por pastores sin escrúpulos, que no piensan en nosotros para nada, somos títeres de una sociedad que no se detiene a percibir que los grandes logros de la humanidad son fruto de la perseverancia de aquellos hombres que cayeron muchas veces y se levantaron, repitiéndose una y otra vez que lo lograrían,aprendiendo de sus errores y volviendo a intentarlo, para llegar a decir con la cabeza bien alta que lo habían logrado. Ellos creyeron, cuando todos perdieron la esperanza, ellos lo intentaron, cuando otros se rindieron pero sobre todo ellos fueron fieles a un estilo y unas creencias, sus creencias...

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